
Mi nombre es María. Desde pequeñita me gustaba dibujar, fui a clases de pintura, y me entretenía solo con una hoja en blanco. Un buen día a los 15 años después de haber escogido matemáticas difíciles y física y química, decidí que eso no era lo mio (PARA NADA). Y elegí irme al bachiller artístico a la Escuela de Artes y Oficios de Salamanca. Cosa que tampoco fue fácil porque cuando decides hacer eso de Bellas Artes suena a “mi hija va a ser perro flauta”.
La verdad que la Escuela de Artes fue de las mejores etapas de mi vida. Empecé a descubrir el arte de una manera más adulta. Sentía que de verdad era mi mundo y todavía no tenía preocupaciones, disfrutaba haciéndolo sin pensar donde me iba a llevar eso. En 2º de bachiller me estaba planteando hacer moda pero al final hice Bellas Artes. Lo mejor de la carrera ha sido descubrir el arte poco a poco e ir entendiéndolo de manera que maduraba. También saber que aunque los profesores me intentarán llevar por un camino, yo podía marcar el que quisiera para mí. Porque lo importante al final es como tu te vas definiendo fuera. La carrera fue un visto y no visto, se me paso super rápido. Descubrí que me encantaba pensar ideas y materializarlas, daba igual lo que fuera, si dibujo, pintura o escultura.
Cuando terminas la carrera creo que entras en crisis en plan ¿y ahora qué? Ese ahora que para mí fue un año de reflexiones y de muchos cambios, un tiempo difícil la verdad. Pero todo esto me empujó al curso de La Casita de Wendy. No quería hacer masters, no quería algo cerrado, quería creatividad en estado puro para decidir cual era mi futuro. Lo que cada vez tenía más claro después de todos estos años es que no quería trabajar para nadie.
Y empecé el curso, va hacer ahora un año, de los nervios y esperando que eso decidiera mi camino. En La Casita me reunía con otras chicas como yo, unas que buscaban que hacer, otras querían demostrarse así mismas si podían hacer algo creativo, otras porque les gustaba ese mundo… Al final todas estábamos allí buscando algo. A lo largo de los meses nos reuníamos cada sábado a mostrar nuestros estampados, nuestras ideas, nuestras reflexiones… Sin ningún tipo de competitividad y tomándonos un café a media mañana. Cada una a su ritmo, sin que tuviéramos ninguna meta, simplemente la que nosotras nos marcáramos. La verdad es que ha sido un año maravilloso el cual necesitaba.


¡Hola!
Me llamo María y mi marca Crisálida.
Crisálida son ideas transformadas en diseños de todo tipo, con los que te invito a soñar y te cuento historias en cada colección a través de ellos.
Aquí encontraréis la puerta que abre mi casa, con pequeñas reflexiones del proceso que ya forma parte de mi vida.

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