Ya hemos sacado nuestra tercera colección. Y os tenía que enseñar todos las ilustraciones que preparé durante todo el verano para contaros e iros dando pistas acerca de QUÉDATE LUNA.

Los que me conocéis sabéis que me encanta dibujar, y que dibujo desde pequeña. Es algo que creo que nunca deberíamos perder y he querido incorporarlo a la marca porque realmente me hace muy feliz. Cada una de ellas hablan un poquito más de mi, de Crisálida y todo este fregao. Que poquito a poco va cogiendo forma.

Así que haya vamos con la historia:

Érase una vez un verano, una casa en el campo, y un cielo lleno de lunas y estrellas. Cada noche mientras Miguel dormía, las observaba desde el tejado. Pretendía entender ese manto estrellado inmenso, volví a la cama otra vez…

No sé si era el mundo de la noche, o de los sueños. Todos los días me parecían iguales, pero aún así no quería despertar de aquel interminable verano, entre naturaleza y luces brillantes.

La idea era capturar todas esas luces, que nadaban en el cielo como peces de colores en el mar, parecía que estaban ahí esperando a que yo las pescara… Crecientes, menguantes, nuevas y llenas. Todo se fue acumulando en la habitación y ya casi no cabían, el frío se empezaba a notar y yo empecé a tirar de hilos para tejerme jerseys. Así cuando despertara de ese sueño llamado verano estaría preparada.

Quizás las líneas de Nazca, de carácter protector fueron los primeros símbolos de creatividad del ser humano, tenían que formar parte de mi Otoño que ya estaba naciendo otra vez.

“La ciencia confirma que el 97% de nuestro cuerpo está constituido por polvo de estrellas”. Una de las ideas más científicamente poéticas que jamás ha habido.